Un estudio de Ernst&Young demuestra como la globalización creciente de los último años, aunque no afectando a la grande mayoría de la población del globo está perdiendo valor, por los menos en referencia a sus variables más relevantes: flujos comerciales, financieros, migración, consumos, mientras que la dimensión local mantiene y refuerza su valor para ofrecer oportunidades de trabajo y de bienestar.
Hay pocas dudas de que:
1. La meso-dimensión territorial puede responder mejor a las necesidades de la participación democrática popular, al difícil equilibrio entre la utilización de los recursos locales y la protección del medio ambiente, la organización eficiente/eficaz de los servicios a la población, las instituciones y la economía local, y a la organización eficiente/eficaz de la intervención para el Desarrollo.
2. La meso-dimensión puede aumentar el PIB nacional a través de la plena explotación de los recursos locales, y una relación eficaz/eficiente entre los sectores público y privado.
3. La meso-dimensión puede garantizar perspectivas mejores y más sostenibles para los agricultores, micro y pequeños empresarios, y cooperativas ya que fomenta las economías de escala para crear puentes entre las micro y grandes iniciativas económicas y las empresas a través del trabajar hacia objetivos comunes.
Sin embargo la cosa mas importante de todas es que, frente al fracaso de las políticas económicas tradicionales, que no logran resolver los grandes problemas de este milenio, es decir pobreza, desigualdad, migraciones, medioambiente y cambio climático, lo único que resta es confiar finalmente en la dimensión local y territorial, que, favoreciendo la participación ciudadana y su interés en mantener sano el entorno económico-social-medioambiental para ellos mismos y las futuras generaciones, puede concentrar los esfuerzos de todos hacia un desarrollo mas sostenible.